sábado, 14 de enero de 2017

Dakota Johnson - Entrevistas - 2017 - Vogue US

Dakota Johnson está lista para su primer plano. La estrella de Cincuenta Sombras vuelve este año a la gran pantalla en el papel que la hizo famosa. Pero una pregunta sigue siendo: ¿Cómo se mete en el papel de ser portada de Vogue? Resulta que Johnson toma el método de aproximación, encarnando el papel de modelo antes de posar para una gran sesión de fotos. Entrando en el estado de ánimo a lo Miranda Kerr y tras unos minutos de videollamada con su amiga Karlie Kloss, Johnson realiza una adorable transformación. Aprovechando su modelo interior mientras hace su investigación, la actriz de 27 años pide que le traigan "agua de supermodelo" para mantenerse hidratada y prueba algunas sugerencias de maquillaje poco ortodoxas de los profesionales de YouTube.

Al burlarse de su fama -y del culto a los tutoriales de maquillaje en Internet- Johnson se muestra como una gran cómica y una de las estrellas más encantadoras de Hollywood. No todo el mundo puede pasar de hablar de fustas con Christian Grey a coser sus propios accesorios, pero ella lo hace parecer plausible. Echa un vistazo a un no muy normal día de la vida mientras Johnson encuentra su supermodelo interior y tiene grandes momentos detrás de las cámaras.

"¡Te conseguí globos!" grita Dakota Johnson por encima de un ruido de perros ladrando, con sus manos ahuecadas alrededor de su boca en forma de corazón.

A medida que las puertas de hierro de la casa de su madre en Hollywood Hills se abren, la actriz de pelo castaño aparece a medias sobre los escalones de piedra bajo una densa maraña llena de globos de helio. Lleva botas negras de Gucci y unos altos vaqueros vintage de chico Levi´s en el lavado ideal normcore. "¿Es este un outfit apropiado para la reunión con tu paisajista?" pregunta, poniéndose un suéter de mohair carmesí de The Elder Statesman (el diseñador, Greg Chait, es un amigo). "¿Parezco un adulto que puede utilizar palabras convincentemente como ´noche floreciente´?

Por supuesto que no tiene globos para mí. Estos globos son los restos de la fiesta del veintisiete cumpleaños que su madre, Melanie Griffith, le dio unas pocas noches antes. Las fiestas culminaron en Jumbo´s Clown Room, un club de striptease en Thai Town, donde Johnson vio lo que ella describe como el baile de barra más triste en la historia de los bailes de barra. Ahora estamos serpenteando por las colinas en un SUV de madre de familia que tiene que ser suficiente hasta la llegada del Ford F150 de 1995 que su abuelo había prometido enviar desde su casa en Missouri. Nuestro destino: el bungalow de mitad de siglo que Dakota, antes de vivir en el centro de Manhattan, compró el invierno pasado en clara concesión al hecho de que ella era, es y muy probablemente siempre será una criatura de Hollywood. Era sólo la segunda casa que veía, pero ella se enamoró mucho por su pedigrí modernista; el arquitecto Carl Maston la construyó para su propia familia en 1947.

"Solía pasar horas buscando en Google casas de mitad de siglo," explica. "Me obsesioné." La casa está en reformas, y mil decisiones adultas deber ser enfrentadas. ¿Eligió ella la madera o el hormigón colocado en el baño principal? pregunta el contratista. "Problemas de clase alta, gente," dice, moviendo la cabeza. Afuera, un urinario cubierto de telerañas que pertenecía al productor de televisión Ryan Murphy, el anterior dueño, apoyado en una pared bajo un enorme árbol de jacarandá. "¡Sacad esa cosa de aquí!" ordena, aunque su sonrisa parece preguntar, ´¿Y si yo fuera el tipo de persona que da órdenes?´ El paisajista sugiere cambiar la hierba entre las losas por tomillo. Dakota pide una pared de flores blancas para ocultar su costumbre de entrar en la piscina desnuda.

"¿Quieres una valla que no está muy bien cuidada?, dice el paisajista. "Contenida pero salvaje."

"Como yo," responde ella.

Y así continúa. Él sugiere un bosque de cítricos. Ella sugiere una plantación de marihuana. Antes de irnos, Johnson apunta en dirección a la habitación de invitados con su pared de ventanas orientadas hacia el sur. "Vamos a poner persianas romanas allí," dice, "porque creo que es una especie de perversión ver sólo las piernas de la gente."

Siempre hay, con Johnson, un aire de malicia mezclado con un aire de sorpresa y placer en su propia malicia. ¿Es un alojamiento público, casi reflexivo en este punto, a tres años de atención lasciva que han acompañado a su protagonista junto a Jamie Dornan en la adaptación cinematográfica Cincuenta Sombras de Grey, así como sus dos secuelas, Cincuenta Sombras Más Oscuras -estreno este mes- y la inminente Cincuenta Sombras Liberadas? ¿O es esa divertida situación -el gusto por una broma sexual o cualquier otra broma- las cualidades que le hicieron conseguir el papel de Anastasia Steele en primer lugar? Han pasado exactamente dos años desde que Cincuenta Sombras cambió la vida de Johnson, y por mucho que su línea de sangre sea verdaderamente de la realeza de Hollywood -su padre es Don Johnson, su padrastro es Antonio Banderas, su abuela es Tippi Hedren- no hay ningún gen paseando junto a $500 de fuerza irrefrenable cinematográfica. Ella ha oído decir que desprecia Cincuenta Sombras. No es así. "Estoy realmente orgullosa de eso," dice. "Es una historia genial, y creo que es diferente, y diferente es lo que soy." Ha leído que Dornan y ella no se soportan. Ha leído que están teniendo una aventura. "Nos odiamos y estamos teniendo una aventura, así que todo el mundo tiene razón. ¿Qué hay sobre eso?"

Ahora estamos sentados para el almuerzo en un restaurante en West Hollywood, en una sala donde una preponderancia de mujeres tiene los labios pintados y curvas pronunciadas. En medio de tanto exceso, el aspecto de chica cool Johsnon no se ve por ningún lado. Y, sin embargo, es muy probable que la mayoría de la gente la haya visto desnuda. Muchas veces. "La desnudez es realmente interesante para un actor," dice. "Jamie y yo trabajamos increíblemente cerca durante mucho tiempo. No hubo inhibiciones, y fue muy honesto, muy confiable. Pero quiero decir, ¡menudo riesgo! ¿Y si hubiera resultado ser un idiota integral? No hay maquillaje. No hay ropa que te hable sobre la historia. No hay joyas que te den una pista sobre el estatus social. Por lo que se trata de actuación pura." Ella sorbe su café y suaviza su voz, para que su disfraz no sea descubierto. "¿Dejaré de hacer escenas de desnudez cuando mis tetas se caigan? No lo sé. Quizá tengo una mentalidad más europea sobre estas cosas. No quiero ver a alguien usando sujetador o ropa interior en una escena de sexo. Seamos sinceros sobre esto. La gente está desnuda cuando folla."

A pesar de toda la exposición en pantalla, en vivo Johnson tiene dificultades con la idea de una vida pública. Ella está, quizás, demasiado cansada para disfrutar de la emoción de la nueva fama, y demasiado familiarizada con eso por su vida familiar. "Soy terrible en la muchedumbre," dice. "Recientemente estuve en el desfile de Gucci en Milán porque Alessandro (Michele, el diseñador de la marca) es un buen amigo, así que sentí que podía ir, ver en lo que estaba trabajando y estar como, ´estoy orgullosa de ti; llámame luego´. Pero normalmente estoy sentada ahí pensando, no pertenezco aquí, no conozco a toda esta gente, no sé de qué estoy hablando. Tengo una cosa con la exposición, con la experiencia de los últimos dos años. Creo que entré en este extraño agujero de sentir mucho miedo de la gente, incluso frío. Esa no es mi naturaleza. Prefiero ser tierna."

Tierna es en realidad la palabra favorita de Johnson, y el otoño pasado su amigo, el Doctor Woo, actualmente famoso tatuador de Los Ángeles, le tatuó (tierna) en letras finas y enlazadas en su antebrazo. Otro tatuaje de Woo en tinta blanca dice LIGHLY, MY DARLING, palabras extraídas de un libro de Aldous Huxley. (Para no ser eclipsada, su madre recientemente se ha tatuado por Woo la palabra HUSH en sus nudillos.) La gente famosa tiende a retorcerse ante la perspectiva de hablar de su fama, pero Johnson siente fuertemente que las crisis acompañadas de ternura deben ser superadas.

"Nadie quiere decir que quieren ser famosos, nadie quiere sonar como si les gustase ser famosos, nadie quiere sonar ingrato, nadie quiere sonar como si estuvieran en una negociación," dice. "Es una palabra aterradora. ¿De todos modos cuál es la definición literal?" Ella abre su teléfono y comienza a googlear. "´Fama. Del latín para las habladurías. La condición de ser reconocido.´ ¡La condición! Pero entonces estoy como, ¿soy una persona famosa? Porque me imagino que esas son personas que otras personas están constantemente mirando, lo cual no es mi caso. ¿Quién es fotografiado todos los días? ¿Brad y Angelina? Pero no lo son, porque estoy segura de que han construido túneles subterráneos en todas partes, y así es como se mueven."

Johnson, nacida en Texas y criada en ninguna parte en particular, fue preparada para una vida un poco convencional. Sus padres estaban en sets de rodajes durante largos períodos de su niñez, y Dakota llevó a niñeras y tutores con ella. No puede contar el número de escuelas a las que asistió, unos meses aquí o allá, o el número de amistades de la niñez que se perdieron. Empezó la terapia a los tres años. "Todo el asunto," explica. "Toda la ayuda que puedas tener." Tuvo que lidiar con el divorcio de sus padres y sus bien conocidas luchas con las drogas y el alcohol. "Yo estaba consecuentemente muy desorientada y desconcertada. No tenía un pilar en ninguna parte." El colegio era un desafío, y ella odiaba estudiar. "Nunca me enseñaron como aprender a ser de la forma que se supone que es un niño," dice. "Pensé: ¿Por qué tengo que ir al colegio a tiempo? ¿Cuál es el propósito cuando estás viviendo en Budapest por seis meses mientras que tu padrastro rueda Evita y tú tienes que ir al colegio en tu habitación de hotel? Yo era un desastre, y pensé durante mucho tiempo que había algo malo en mi cerebro. Ahora me doy cuenta de que sólo funciona de una manera diferente."

Las películas siempre fueron la mejor forma de enganchar a Johnson, y ella escapó a una sucesión de obsesiones con celuloide, películas que vería una y otra vez: Mary Poppins, Solo en casa, Bitelchús, y más tarde Bernardo Bertolucci y John Cassavetes. Ella estudió ballet hasta los dieciséis años pero siempre imaginó una carrera de actriz. "Pensé, ´esto es lo sólo lo que hace mi familia,´" dice. "Es como, mi padre es un abogado, así que soy un abogado. Excepto que no suele funcionar de esa manera."

Tippi Hedren permite la posibilidad de que eso esté en los genes. "No empujé a Melanie a hacer películas, y ella no empujó a Dakota. Creo que ninguno de nosotros somos de ese tipo que empuja," me cuenta Hedren por teléfono una tarde, cuando una tigresa llamada Mons la mira a través de la ventana de su casa en la Reserva de Shambala, el santuario de animales en California que ella fundó. "Dakota y yo nunca discutimos los aspectos negativos del negocio. De todas formas no soy buena en los consejos. Pero le he dicho que creo que es importante hacer cosas diferentes en la vida, tener un sentido de equilibrio. Marnie, mi segunda película con Hitchcook, trató un tema que las películas no trataron en aquel entonces: los efectos de los traumas en la niñez. Cincuenta Sombras de Grey es similar en eso ya que trata sobre eso en una película ´común´ por primera vez. Aunque realmente no la he visto. ¿No es eso lo más extraño? No podría decirte por qué."

Johnson recaudó un poco de dinero modelando mientras estaba en el instituto en Santa Mónica, la primera vez que estuvo en un lugar por unos cuantos años consecutivos, y cuando se graduó se mudó ella y su, por aquel entonces, novio a un apartamento en West Hollywood. Ella había solicitado plaza en una única universidad, Julliard, en Nueva York, para la cual realizó precipitadamente monólogos de Shakespeare y Steve Matin. "Julliard y yo acordamos mutuamente que no saldría bien," recalca. De vuelta a Los Ángeles, comenzó a audicionar, hasta que consiguió un papel en un cameo que resultó ser memorable en La Red Social como un rollo de una noche y una chica de Stanford de Sean Parker.

En la primavera de 2016, en un largo período de la primera entrega de Cincuenta Sombras, Johnson apareció en A Bigger Splash de Luca Guadagnino, un elegante remake de la película de 1969 La Piscine, en un papel originado por Jane Birkin. Ver a Johnson pelar lentamente un higo Adriático mientras mira a los hombres que la miran fijamente es una experiencia un tanto desconcertante. La acumulación y el despliegue del poder sexual de los adolescentes, en este caso groseramente mal empleado, ha sido el dominio de Johnson en la pantalla. "He estado en una fase de mi vida en donde estoy fascinada por las mujeres jóvenes que llegan a un acuerdo con su sexualidad," explica. "Supongo que, por poder, he estado experimentando eso en mi propia vida, y es interesante para mí."

Guadagnino posee una lealtad de autor con sus artistas, y fue durante el rodaje de A Bigger Splash donde le preguntó a Johnson si interpretaría el papel principal en un remake de Suspiria, la película culta de terror de Diario Argento de 1977. La película cuenta la historia de una estudiante de ballet americana que se inscribe en una academia alemana de baile que resulta ser controlada por un grupo de brujas. Tilda Swinton, la estrella de A Bigger Splash, interpreta a la directora de la academia. "Dakota y yo tenemos una constante ridiculez entre nosotras," explica, "una especie de disparate infantil que nació en el que momento que nos conocimos y significa que siempre estamos a punto de no poder hacer un trabajo serio. Tener que mirarnos a los ojos durante una toma es generalmente un desafío bastante importante para nosotras."

Suspiria, para lo que Johnson pasó seis meses entrenando nuevamente ballet, representa la primera vez en la que ha estado involucrada en un proyecto desde su creación. "Parece que no estamos haciendo esto para nadie sino para nosotros mismos," dice, "que es lo que me gustaría sentir todo el tiempo cuando hago películas. Sé que eso no va a suceder, pero la cosa con Cincuenta Sombras es que incluso si es comercial y corriente, el tema no lo es. De esa forma puedo hacer algo enorme pero mantenerme fiel a mis extraños intereses." Uno podría acusar a Johnson, que fue vista por última vez en la comedia romántica de 2016 How To Be Single, por su astucia en convertirse simultáneamente en una obra de arte y una estrella corriente. Ese equilibrio es extremadamente atractivo para ella. "Las historias que quiero contar, los personajes que quiero interpretar, por lo general no existen en grandes películas taquilleras," dice. "Pero esto es un negocio."

Johnson y yo nos reunimos de nuevo unas semanas después, en la famosa Casa de Cristal que Philip Johnson construyó en los bosques de Connecticut. ¿Es demasiado predecible que ella esté impresionada particularmente por la cama que Philip Johnson compartió con David Whitneh, su socio de 45 años? "Es la cama más pequeña," dice. "Me encanta. Quiero decir, si siempre quieres acurrucarte con la persona con la que estás, entonces estás en un lugar muy bueno." Johnson terminó una relación con Matthew Hitt, un modelo y vocalista de la banda Drowners, la primavera pasada. "La mierda ocurre," dice. "Creo que estoy un poco destrozada todo el tiempo, incluso cuando estoy en una relación feliz. No lo hago muy bien, y mis sentimientos, incluso los buenos, son tan intensos que hieren." Por el momento, Johnson va por su cuenta. Basta de charla. "¿Podemos decir que estoy tomando este tiempo para explorar mi bisexualidad o que me he entregado al Señor después de la liberación de mi sexualidad explícita en las películas?"

Cincuenta Sombras Más Oscuras es un poco más misteriosa que su antecesora, y el sexo, ahora que Ana ha permitido que Christian vuelva a su vida en sus propios términos, es más apasionado, menos dinámico. "Esta mujer es una cabrona," dice Johnson. "Ella es hiperinteligente e hipersexual y muy fuerte y muy cariñosa, y su carácter tiene muchos aspectos que normalmente no tienen sentido en una persona. Intenté amplificarlos todos." En el proceso de desentrañar la compleja vida sexual de Ana, Johnson ha desarrollado una profunda admiración por el BDSM, con lo que ella siente que todavía es vulnerable a la ignorancia y el desprecio. "En primer lugar, hay algunas avenidas muy elegantes en el BDSM," dice. "Puede ser muy bonito y de buen gusto, y los materiales pueden ser lujosos. No es como estar en Hollywood Boulevard y caminar por una tienda de mordazas de bolas. Pero lo que admiro es la valentía y la honestidad de las personas que se ponen de acuerdo, que no tienen miedo de decir que necesitan de algo un poco más para sentir placer. América sigue siendo muy oprimida sexualmente. ¿No es un regalo de Dios para los humanos el orgasmo? He aquí un dato divertido: Una mujer tiene el mismo número de terminaciones nerviosas en su clítoris como un hombre tiene en todo su pene."

Johnson pasó la mayor parte de la primera mitad de 2016 en Vancouver rodando las dos próximas entregas, ambas dirigidas por James Foley. Él la recuerda llegando al set con una copia arrugada del The New York Times, que leería durante el maquillaje. "Ella hablaba de lo que pasaba en Crimea y luego, en el momento en el que yo decía ´Acción´, ella hacía cosas con su personaje que yo nunca esperaba, pero con total autoridad y autenticidad," explica. " Tiene un medidor de mentiras muy sensible, así que si hace algo que es poco irreal ella simplemente se detiene. Es extrañamente instintiva sobre todo eso. Ella ya sabe lo suficiente como para dirigir algo. Fácilmente."

Como ocurre, a Johnson le gustaría estar detrás de la cámara, y aunque ella tiene su propia compañía de producción, así como un socio escritor, últimamente está demasiado ocupada para llevar cualquier cosa adelante. "Tengo una plétora de diarios medio llenos," dice. Suspiria acaba el rodaje este invierno y luego ella se traslada a The Sound of Metal, una historia de amor escrita y dirigida por Darius Marder y co-protagonizada por Matthias Shoenaerts. Johnson reclutó a su amiga St. Vincent (ex-novia de su amiga Cara Delevigne) para crear la música para la película.

"Finalmente siento que estoy en el lugar correcto en el momento adecuado en mi vida, colaborando con artistas que me elevan," dice. "Hace unos años, estaba luchando, esperando a que alguien mi diera una oportunidad. Soy una persona muy sensible, y cuando no me siento protegida, tiendo a encerrarme. Pero cuando me siento segura, creo que puedo hacer cualquier cosa."

Fuente: Vogue US
Traducido por: CINCUENTA SOMBRAS ES




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